La banda marplatense que no para de crecer.
La banda marplatense Los Tipitos lanzó el bien logrado “Ojos tremendos”, el decimotercer álbum de su discografía y con el que regresan a los orígenes del rock bailable a través de doce canciones propias y el bonus track de “Cuando pase el temblor”, de Soda Stereo.
Esta nueva entrega del cuarteto, dedicada al “Negro” (Carlos Alberto) García López, marca un cambio en la dinámica de la banda ya que decidieron delegar, por primera vez, la producción del disco a una persona externa a la banda, Michel Peyronel, quien fue integrante de Riff y productor de Virus, Los Violadores y Attaque 77.
Con un comienzo potente comandado por la base rítmica se presenta la primera canción del conjunto de trece, “Gritando en la radio”, que se transforma con el correr de los segundos y deja en primera plana al teclado, que se adueña de la canción e invita a bailar un tradicional rock and roll.
Ubicado bajo la imaginaria bola de boliche, se abre espacio para “Lo que te vive”, un tema con aires tecno y funky que relata -tal vez- sensaciones de la depresión, y recostado sobre un pop rockero y con un gran estribillo comprador “Qué importa”, primer corte difusión, que busca salir de la zona de confort.
La batería de Pablo Tévez abre y marca el pulso de “Promesas para hoy”, un rock and roll bien groovero que empuja hacia delante, y dejando un poco de lado el espíritu de fiesta incluyen “Un dios sin tiempo”, con algunos toques bluseros y momentos envolventes.
La ausencia, el destierro y la despedida son tres ideas que se cruzan en “El origen de la tristeza”, tema que es reforzado por el suspenso y la electricidad de la guitarra de Raúl Ruffino, y que acompaña los arreglos de teclado en “Cuando pase el temblor”, llamativa versión que cuenta con la percusión de Conce Soares y que atraviesa varios ritmos musicales.
Elementos de la balada, el pop melódico y el rock suave se combinan en “Puedo hacerlo” y “Que es real”, dos composiciones que cuentan con la participación de Carolina Rodríguez, Joelle Perdaens y Omar Tedesco, en viola, violín y violoncelo respectivamente, y con los arreglos de cuerdas de Hernán Valencia.
El funk y el pop regresan a “Canto de sirenas”, tema con un estribillo más rockero que invita nuevamente a saltar, en el que Walter Piancioli le canta a algunas fotografías de la felicidad de la banda, y “Una mañana en la gloria”, con Federico Bugallo al frente de un bajo clave.
Marcando el tempo de cada momento, Tévez mantiene con potencia el ritmo de “Efecto sanador” a través del paso de los años y los cambios en la vida del protagonista de la canción, y con algunos efectos de sonido “Ojos tremendos”, tema que titula el disco, y escapa al tiempo que quiere ser encontrado.